domingo, 14 de septiembre de 2008

PORRA DE REMOLACHA

PORRA DE REMOLACHA 
Rutina, bendita rutina. Casi nos hemos cargado el año con la Feria ya finiquitada y más de uno seguro que ha buscado en el calendario cuando es el próximo puente o día festivo que queda más cerca. De la misma manera que apostaría todo o nada a que han mirado los días de fiesta que vienen, tampoco tengo dudas acerca de que con seguridad habrá quien ya ha mencionado, aunque sea de pasada, la Navidad y que tenemos ésta encima.
A fecha de hoy, lo que todavía no ha pasado es el calor. Como cada año, a estas alturas estamos hasta el gorro del verano y deseamos con melancolía una sabanita que echarnos encima por las noches y ese par de calcetines de complemento al pijama. Por este motivo, siguen apeteciendo las sopas y cremas frías que tanto favor nos han hecho estos últimos tiempos.
CREMA FRIA MUY ORIGINALComo de todo se cansa el ser humano, en alguna ocasión les he comentado aquella huelga de presos en una cárcel caribeña porque el rancho diario se componía exclusivamente de langosta día tras día, con las sopas y cremas frías al estilo de la porra o el gazpacho ocurre que terminado el verano nos resultan algo repetitivas y demasiado vistas.
Hace muy poco estuve en casa de unos familiares, los cuales son sin embargo amigos, y me sorprendió la dueña y señora de su casa con una especie de porra antequerana con la particularidad que estaba hecha a partes iguales con remolacha y tomate, resultando de un sabor sorprendente y elegante también a partes iguales.
En la sobremesa, además de aplacar niños, estuvimos comentando acerca del origen de este tipo de preparaciones. La cocinera, mi prima Cristina, querida y respetada por toda la familia por la valentía y decisión que sobradamente demostró cuando la vida le exigió que lo hiciese; no tenía ni idea de donde provenía esta receta y que a toda preparación que se lleve a cabo con remolacha se la denomina en centro-Europa como “borsch”. Desde sopas y cremas frías o calientes, hasta estofados o postres, la remolacha viene a aportar allá donde siempre abundó de origen, un acentuado carácter de verdura aromática.
TIPOS DE REMOLACHA

Las remolachas son tubérculos que tienen numerosas variedades y tipos, pero nosotros utilizaremos sólo la de mesa. En el mercado es a día de hoy más sencillo encontrarla envasada al vacío ya cocida que fresca sin preparar. Lo cierto es que es una hortaliza muy dura y necesita una cocción de al menos una hora en agua para poder consumirse. Si nos decidimos por las frescas, es aconsejable que éstas sean pequeñas y así evitaremos que su pulpa resulte demasiado fibrosa y, por otro lado, todas las remolachas se cocerán al mismo tiempo al ser del mismo tamaño.
En el caso de la receta de esta semana, usaremos la remolacha previamente cocida y envasada al vacío, pues es más fácil de encontrar. De todos modos, si prefieren usarla fresca, deben cuidarse de no cortarles el tallo con un cuchillo, sino romperlas retorciéndolas con la mano. Tras ello, con una horita de cocción y posterior refrescado en agua fría, las podemos pelar y consumir.
Espero que la propuesta de esta semana sea del agrado de los lectores, aunque debo confesarles que el auténtico espíritu del artículo de esta semana no es otro que hacer un sincero homenaje a todas las esforzadas madres que han bregado durante el largísimo verano con los niños día a día, sin perder la cara a sus obligaciones cotidianas ni la sonrisa, pese a que a veces el panorama invitaba a tirarse, como mínimo, por el balcón sin pensárselo. Un besito a todas, empezando por mi mujer Maypi y siguiendo por su prima Cristina, hasta completar la lista. Hasta pronto.
INGREDIENTES
1 pepino pequeño, 2 dientes de ajo, ½ Kg. De remolacha cocida, 1 Kg. De tomates maduros, 100 g. de jamón, Azúcar, dos cucharadas. Tabasco, Aceite de oliva, Vinagre de Jerez Rsva. 1 Pimiento verde, huevo cocido
La primera operación que vamos a hacer es limpiar de piel el pepino, los tomates, los ajos y desgranamos el pimiento de semillas. Tras esto, reservamos un trocito de remolacha cortada en cuadraditos muy pequeños y echamos el resto en el vaso de la batidora junto a la verdura que acabamos de preparar.
Trituramos el conjunto añadiendo agua poco a poco hasta que se forme una pasta ligera. Seguidamente, pasamos por el pasapurés para que nos quede muy fino. Reiniciamos el proceso colocando de nuevo la base de nuestra porra en el vaso de la batidora y batimos otra vez, añadiendo ahora aceite de oliva a hilo, un chorrito de vinagre y un poco de sal.
Cuando haya montado el aceite de oliva junto a la verdura, usando la cantidad que sea necesaria, y tengamos de esa forma una crema, guardamos en la nevera para que se enfríe antes de servir. Mientras, troceamos en tiras muy finitas el jamón y cortamos en dados el huevo cocido.
Justo al momento de servir, decoramos los platos soperos o bol donde lo presentemos con un poco de huevo picado, jamón y la remolacha que habíamos reservado, así como un chorrito de aceite de oliva crudo alrededor. Si lo prefieren, la remolacha la pueden cortar en lugar de daditos en láminas, que se pasan por la sartén para que se frían a modo de patatas chips y añadir un poco de queso curado partido en pequeños trozos. Cualquier variante de guarnición le puede ir bien.

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